viernes, 9 de abril de 2010

La Resurrección de nuestro Señor Jesucristo



El centro de nuestra fe es la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, si El no hubiese resucitado vana seria nuestra fe nos dice san Pablo, pero sí Cristo ha resucitado y nosotros con El, esta solemnidad es tan grande e importante que lo celebramos con la octava es decir con ocho dias en la que celebramos un acto tan importante para la vida de los cristianos y porque no decirlo, tambien para toda la humanidad.
pero ¿qué es la Pascua?
este tiempo pascual comprende 50 días, es la Pascua, el paso de Cristo, que ha pasado de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa, en estos 50 días celebramos con alegría la resurrección de nuestro Señor, para finalizarla con Pentecostes.





Nuestro querido Papa Benedicto XVI, en su mensaje Urbi et Orbi nos dice que, la resurrección no es una teoría, sino una realidad histórica revelada por el Hombre Jesucristo mediante su «pascua», su «paso», que ha abierto una «nueva vía» entre la tierra y el Cielo (cf. Hb 10,20). No es un mito ni un sueño, no es una visión ni una utopía, no es una fábula, sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazaret, hijo de María, que en el crepúsculo del Viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba. En efecto, al amanecer del primer día después del sábado, Pedro y Juan hallaron la tumba vacía. Magdalena y las otras mujeres encontraron a Jesús resucitado; lo reconocieron también los dos discípulos de Emaús en la fracción del pan; el Resucitado se apareció a los Apóstoles aquella tarde en el Cenáculo y luego a otros muchos discípulos en Galilea.

El anuncio de la resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos. Me refiero particularmente al materialismo y al nihilismo, a esa visión del mundo que no logra transcender lo que es constatable experimentalmente, y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada, que sería la meta definitiva de la existencia humana. En efecto, si Cristo no hubiera resucitado, el «vacío» acabaría ganando. Si quitamos a Cristo y su resurrección, no hay salida para el hombre, y toda su esperanza sería ilusoria. Pero, precisamente hoy, irrumpe con fuerza el anuncio de la resurrección del Señor, que responde a la pregunta recurrente de los escépticos, referida también por el libro del Eclesiastés: «¿Acaso hay algo de lo que se pueda decir: “Mira, esto es nuevo?”» (Qo 1,10). Sí, contestamos: todo se ha renovado en la mañana de Pascua. «Mors et vita / duello conflixere mirando: dux vitae mortuus / regnat vivus» - Lucharon vida y muerte / en singular batalla / y, muerto el que es Vida, / triunfante se levanta. Ésta es la novedad. Una novedad que cambia la existencia de quien la acoge, como sucedió a lo santos. Así, por ejemplo, le ocurrió a san Pablo.
Continuemos pues meditando en estos dias de Pascua el misterio de la Resurrección y celebremos con alegría la "Resurrectio Domini".

Candela Fidel