lunes, 28 de diciembre de 2009

Una Reflexión sobre la Vida en estas Fechas Navideñas

En estas fechas en las que celebramos la navidad reciban un fraternal saludo todos los lectores de este blog. Pienso que es importante hacer una reflexión sobre la vida con motivo de estas fiestas que acontecen, y más aun sobre la narración de la natividad del Señor.

El evangelio del día de la Sagrada Familia, nos habla presenta la huida a Egipto. “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Como entonces, está en peligro el mayor tesoro de la familia, el hijo.

La vida del Hijo de Dios está amenazada desde su nacimiento, por la pobreza y la persecución. El Hijo de Dios fue también, por un tiempo, emigrante y exiliado. Herodes atentaba contra la vida del niño, y, al verse burlado por los Magos, mandó matar a todos los niños de Belén y sus alrededores. Los Santos Inocentes de Belén son los primeros de tantos niños inocentes, víctimas de los intereses egoístas de los mayores. Especial mención hemos de hacer, en estas fechas en que nace el Niño Dios, a las víctimas inocentes del aborto provocado. Ninguna circunstancia, por dramática que sea, puede justificar el que se mate a un ser humano inocente.
También me parece importante citar lo que decía el Papa Juan Pablo II con ocasión del V aniversario de la encíclica Evangelium Vitae: “no tiene razón de ser una mentalidad abandonista que lleva a considerar las leyes contrarias a la vida – las leyes que legalizan el aborto, la eutanasia, la esterilización y planificación de los nacimientos con métodos contrarios a la vida y a la dignidad del matrimonio – son inevitables y ya casi una necesidad social. Por el contrario, constituyen un germen de corrupción de la sociedad y de sus fundamentos.

La conciencia civil y moral no puede aceptar esta falsa inevitabilidad, del mismo modo que no acepta la idea de la inevitabilidad de las guerras o de los exterminios interétnicos”.
En estos días navideños que traen a nuestra meditación el nacimiento y la infancia del Hijo de Dios hecho hombre, en esta fiesta de la Sagrada Familia que ve amenazada la vida de su hijo recién nacido, siento el vivo deseo de reafirmar con energía que la familia está llamada a ser santuario de la vida, lugar de acogida y amor para todos sus miembros.

Jhon Freddy Apolaya Jurado

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